IGUALDAD DE
GÉNERO EN PROYECTOS DE DESARROLLO
1.
INTRODUCCIÓN.
La igualdad de género es el pleno y
universal derecho de hombres y mujeres al acceso de las actividades sociales,
no solamente políticas sino también civiles y sociales. Esto no significa que mujeres
y hombres deban convertirse en iguales, sino que sus derechos,
responsabilidades y oportunidades no dependan de si han nacido hombres o
mujeres. Para esto es importante asumir la equidad de género, entendida como la
justicia en el tratamiento a mujeres y hombres de acuerdo a sus respectivas
necesidades.
La mujer es el núcleo de la familia,
por lo tanto es el centro de la sociedad y si bien es la principal tomadora de
decisiones, ciertos estereotipos o conductas machistas, limitan la participación
pública de la misma, sin embargo, la actualidad nos muestra que cada vez hay
mayor participación de mujeres en los diferentes ámbitos, política, social,
económica, cultural, etc., por lo tanto para garantizar el logro de cualquier
proyecto, es necesario incluir el enfoque de género en todo su contexto.
La participación de la mujer en todos
los sectores de la sociedad ha ido aumentando en los últimos años y si bien a
nivel mundial se ven cada vez más movimientos feministas-indígenas, aún existen
sectores donde no se respetan los derechos de las mismas y todavía son víctimas
de violencia físico-psicológia. El apoyo de sectores públicos y algunas
instituciones privadas en términos de igualdad, coadyuvan a las exigencias de
respeto y de igualdad que sin embargo la verticalidad machista-patriarcal y la
necesidad de poder hace que todavía no se sienta ni se viva completamente un
ambiente de igualdad y equidad.
2.
DESARROLLO.
Ante el actual contexto socio-cultural
que se vive en el mundo entero, es importante tomar en cuenta e incorporar de
manera eficiente y equilibrada la participación de la mujer en cualquier
proyecto social, evidentemente no todas las culturas son iguales y por lo tanto
habrá que determinar el grado de participación de las mujeres, dependiendo las
creencias, tradiciones y costumbres de las regiones y del tipo de proyecto que
se pretenda implementar. “Y si fuera posible, un diagnóstico participativo
realizado con hombres y mujeres del territorio, barrio, comunidad, etc., para
percibir y entender las bases de las desigualdades en el espacio de
intervención” (Kideitu, 2007) .
Así mismo, es importante incluir en el proyecto, “objetivos
que aborden temas orientados hacia la consecución de la igualdad de hombres y
mujeres, y la superación de la discriminación de género” (Kideitu, 2007) .
Una vez establecido los
roles de hombres y mujeres, desagregados, e incorporados en todo el proyecto,
es necesario difundir, socializar entre todos los actores del proyecto para
lograr el empoderamiento anteriormente mencionado. Es importante también,
difundir experiencias exitosas de la participación de la mujer en otros
proyectos similares y de esta manera poder romper ciertos estereotipos o
creencias de las limitaciones de la mujer o la superioridad del hombre.
Los proyectos de desarrollo, deben contar con indicadores
cuantitativos y cualitativos para medir el grado de participación en todos los
componentes del proyecto de manera desagregada, es decir incluyendo el sexo. Además
se debe medir de manera desagregada, el efecto que esta participación logre en
el proyecto y en todos los involucrados. De esta manera poder monitorear los
diferentes componentes del proyecto y hacer un adecuado seguimiento al mismo.
Es necesario que no solo
los beneficiarios directos contemplen la importancia de la disgregación, si no
todos los involucrados directos o indirectos, es decir, financiadores,
ejecutores, sector público, privado, etc., ya que sería incoherente que los
proyectos de desarrollo consideren temas de género pero los demás involucrados
no demuestren la importancia del mismo, por lo tanto de acuerdo a la región,
tipo de proyecto, estos actores también sepan preparar equipos de trabajo
compuestos por mujeres y hombres, para poder tener un efecto positivo en el
momento de la socialización, ya que como dice la cita de Charles Reade; ejemplo
es conducta contagiosa.
La propuesta del sector feminista es la igualdad entre mujeres y hombres, igualdad en términos laborales, políticos, sociales (educación y salud), legales, de trato, etc., esta propuesta solo tendrá efecto si fuera integral, elaborada con la coparticipación de mujeres indígenas, considerando las diferentes nacionalidades del país.
Si bien las políticas dirigidas
a las mujeres han conseguido en cierta medida mejorar sus condiciones
materiales de vida, han sido mucho menos efectivas en lo que se refiere a la
mejora de su poder económico y social respecto de los hombres en el contexto
del desarrollo. A ello hay que añadir que se ha producido una persistente
marginalización política de las opiniones y puntos de vista de las mujeres en
el proceso de desarrollo, especialmente a nivel de la planificación en
instituciones tales como las burocracias estatales y los organismos de
cooperación para el desarrollo, desde los multilaterales hasta las ONGs.
Esto pone de manifiesto las
limitaciones del enfoque de mujeres en proyectos de desarrollo que se ha venido
aplicando en las últimas décadas y que hoy en día sigue informando la mayor
parte de las acciones que se llevan a cabo por las ONGs y Agencias de cooperación. El reto presente consiste en
dar contenido y realidad al nuevo enfoque Género en el Desarrollo que se
encuentra precariamente ubicado en el nivel retórico de la mayor parte de las
organizaciones.
Todavía buena parte de los
proyectos de desarrollo, son "proyectos ciegos al género", es decir,
proyectos que no contemplan la perspectiva de género de ningún modo, definiendo
a sus beneficiarios como "la población en general", sin considerar
diferencias ni desigualdades en las oportunidades de las personas. En el mejor
de los casos, se trata de proyectos asistencialistas que tienden a mejorar el
bienestar de las familias, visualizando a las mujeres, en su caso, en su papel
de madres o esposas o como receptoras pasivas de los bienes del proyecto. Estos
proyectos no toman en consideración los problemas de discriminación, ni
contribuyen en modo alguno al empoderamiento de las mujeres ni de los hombres.
Para que la agenda femenina sea atendida y consiga lograr
los objetivos (autonomías, derecho de igualdad, seguridad, libres de
discriminación, derecho a salud física y mental, derecho a condiciones de
trabajo justas y favorables), se deben considerar programas de difusión en
escuelas, colegios, comunidades, instituciones públicas y privadas.
Actualmente existen instituciones en el país con
propósitos de cooperación a la sociedad en general y a las mujeres en
particular, es el caso de la “Coordinadora de la Mujer”, que realiza proyectos
para promover la equidad de género en proyectos de desarrollo. Entre los
diferentes componentes de esta institución existen 4 relacionados a la equidad
e igualdad, estos son: i) Fortalecimiento de conocimientos de las mujeres, ii)
Generación de propuestas de las mujeres y presentación a gobiernos municipales
iii) Acciones y mecanismos de incidencia para presentar las propuestas en POAs
y iv) Conformación de la red nacional y desarrollo local. Estos componentes,
pretenden incorporar e insertar progresivamente a las mujeres en las decisiones
de la sociedad en general, a través de la formación, desarrollo de capacidades
y la identificación de líderes comunales capaces de representar al sector, esto
se pretende lograr mediante talleres de sensibilización, por otro lado esto no
se podría lograr sin el compromiso de los organismos, públicos y privados por
lo tanto, también debe existir talleres de sensibilización a autoridades para
que puedan asegurar la satisfacción de las demandas de las mujeres.
La participación de la mujer y la igualdad de género,
actualmente está normada, tanto en la Constitución Política del Estado como en
la Ley Marco de Autonomías y Desentralización plantean un conjunto de
disposiciones, que aluden a la equidad de género como una prioridad en
distintos espacios y niveles autonómicos. Concretamente en los espacios de
representación política, planificación participativa, presupuestos y control
social en los cuatro niveles autonómicos (municipal, regional, departamental y
las autonomías indígena originario), por lo tanto la inclusión equitativa e
igualitaria en temas sociales toma un carácter de obligatoriedad.
3. CONCLUSIÓN.
-
Se
deben incorporar objetivos de igualdad de género
-
Diagnósticos
participativos con enfoque de género
-
Integración
de programas de equidad de género
-
Realizar
talleres de sensibilización y capacitación
-
Los
proyectos deben incluir indicadores estadísticos desagregados
-
Determinar
el impacto de la participación de las mujeres en el proyecto
-
Se
debe monitorear y hacer un seguimiento constante de la participación de las
mujeres y hombres durante todas las etapas del proyecto
-
Determinar
los avances o retrocesos que se tiene con la participación desagregada de
mujeres y hombres.
Bibliografía
Kideitu. (2007). Guía para la incorporación del
enfoque de género en los proyectos de empleo y
formación. Aprendiendo de la experiencia EQUAL. EMAKUNDE/Instituto Vasco de la
Mujer como entidad coordinadora de la Agrupación de Desarrollo “Red Kideitu”
Mujeres en diálogo: avanzando hacia la
despatriarcalización en Bolivia
“Promoviendo
la equidad de género en la gestión del desarrollo local en Bolivia”
Coordinadora de la Mujer 25 años
EQUIDAD
DE GÉNERO, IRENE LÓPEZ MÉNDEZ*